viernes, 6 de noviembre de 2015

Alsacia y Selva Negra en familia 2015


Este Octubre mi hermana Lupe propuso que fuéramos a Alsacia, así que puse manos a la obra y organicé uno de los viajes más bonitos que hemos hecho las tres hermanas, con el aliciente de que nuestra prima María Luisa también ha venido.
Así que el día 22 cogimos el vuelo directo de Iberia de Madrid a Estrasburgo, y nos llevamos una sorpresa al ver lo pequeño que era el avión.





El avión fue puntual y llegamos a Estrasburgo en hora. Cogimos un taxi hasta el hotel, un IBIS STYLES que había reservado en el centro de la ciudad con vistas al río L'ill que rodea la ciudad.
 

 


La vista desde la habitación era preciosa, y la habitación era muy amplia.

El día de llegada solo fuimos a cenar a un restaurante de cocina de Lyon que había detrás del Hotel, y nos fuimos a dormir para descansar del ajetreo del viaje.

El día siguiente lo dedicamos por entero a recorrer Estrasburgo a pie, y nos quedamos maravilladas, pues no esperábamos tanto.

El puente cubierto


La petit France


Vista desde la terraza del puente cubierto.








En el letrero de la calle se leía Place du  Quartier  Blanc (Que casualidad!!!)





El barco turístico saliendo de la esclusa.

El barco al fondo pasando por un puente giratorio.


Comimos en un restaurante al aire libre cerca de la catedral, unas el shucrutt típico de la región y otras pato. Todo muy bueno y el clima muy agradable.
después visitamos la catedral.










Nos pateamos casi toda la ciudad, y después de descansar media hora acabamos cenando en un chino de detrás del hotel, pues teníamos los pies molidos.

Al día siguiente amaneció soleado, con estas estupendas vistas desde la habitación. 

 

 
 
Teníamos reservado un coche en Europcar, así que lo recogimos a las 9 de la mañana y fuimos por autopista hasta la salida 17 que nos llevaría al castillo de Koenigsbourg, recomendado por mi amiga Encarnita y que resultó mejor de lo que nos había dicho pues estaba totalmente despejado y las vistas eran maravillosas.
 
 
 
 








 
 
Después continuamos por la ruta de los vinos de Alsacia hasta el pueblo de Ribeauvillé que nos pareció precioso. 
 
 
 
 



 
 
Se hizo la hora de comer, ya que los franceses comen prontísimo, así que paramos en una vinatería a probar el vino nuevo que llevaba solo 15 días embotellado, y que resultó ser como una sidra de uva, pero muy agradable al paladar. El vino lo acompañamos con un surtido de quesos y jamones locales, y en conjunto estuvo genial.
 
 




 
Continuamos por la misma carretera hacia Riquewihr, otro pueblo medieval de Alsacia, muy bonito también pero en este caso estaba mucho más lleno de turistas, así que por lo menos a mi no me gustó tanto.







 
 
Por último llegamos a Colmar, y como ya no teníamos muchas horas de día, decidimos coger un tren turístico para verlo más rápido. Todo el mundo dice que es muy bonito, y es cierto, pero yo me quedo con Ribeauvillé.

Volvimos a Estrasburgo por la autopista sin problemas.

El siguiente día volvió a ser soleado, así que nos dirigimos a Baden-Baden en Alemania cruzando el Rhin, para después hacer la ruta 500 que es la carretera de la selva  negra  o  Schwarzwaldhochstraße como la llaman ellos.
 
 
 
Baden-Baden nos encantó. En este día el espectáculo de los colores del otoño fue un añadido inesperado y maravilloso.
Otra cosa inesperada fue que en el parking había sitios reservados para minusválidos, madres con niños y para solo mujeres, así que hicimos uso de la reserva.
 
 
















 
 
 
 
 
 
Regresamos a Estrasburgo a las 17:45, justo a tiempo de llegar a un concierto de música góspel que había en una iglesia , así que fuimos y por lo menos a mi me encantó.  Si pincháis el enlace siguiente veréis un resumen del concierto.
 
 
 
No era lógico tener siempre tanta suerte con el tiempo, así que como era de esperar al día siguiente amaneció con niebla. Por lo tanto los planes paisajísticos estaban descartados, así que puesto que todavía teníamos coche, decidimos ir a Mulhouse a ver el museo "La ciudad del tren"
Eran 120 km, pero como era todo autopista y la conversación amena, no resultó muy pesado.
 
 
 
El museo esta genial, con máquinas y vagones desde 1844 hasta nuestros días, y todo en una exposición muy bien montada.
 

Máquina quitanieves hacia Chamonix








 
 
Comimos en el centro de Mulhouse  donde lo mas importante es el ayuntamiento.
 
 
 
Después teníamos pensado volver por Friburgo pero decidimos volver directamente a Estrasburgo para visitar, antes de devolver el coche, la parte nueva de la ciudad que es donde están todas las dependencias de la Comunidad Económica Europea.
 
Devolvimos el coche, visitamos la estación de tren y paseamos por calles comerciales del centro de Estrasburgo.
 


 
 
y nos fuimos a cenar a un japones, que no nos gustó demasiado.

El último día el avión salía a las 18:30, así que por la mañana cogimos el barco que da la vuelta a todo Estrasburgo, y estuvo genial pues nos contaron la historia de la ciudad.
 











Después entramos a la catedral de nuevo para ver a las 12:00 la película sobre el reloj astronómico que hay allí y ver su funcionamiento a las 12:30. No es nada espectacular pero hay que saber apreciarlo en lo que es.
 








 
 
Para terminar comimos en un restaurante Alsaciano recomendado por nuestro Hotel, con vino de Alsacia muy bueno y platos típicos de la región.

A las 16:00 llamamos a un taxi que nos llevó al aeropuerto por 40 euros. El vuelo salió en hora. En Madrid me despedí de mis hermanas y mi prima y llegué a Málaga en el vuelo de las 22:10.

Que pena que se ha terminado. Estoy deseando que llegue el año que viene para hacer otro viaje con vosotras.......